Régimen de Generación Distribuida: eficiencia energética y reducción de pérdidas y costos

La legislación, aprobada en 2017, determina las condiciones para la generación de energía en origen renovable por parte de los usuarios. En julio de 2024 el Régimen de Generación Distribuida cuenta con más de 42 MW de potencia instalada.

En 2017, en nuestro país se aprobó la Ley 27424 de Régimen de Fomento a la Generación Distribuida de energía renovable integrada a la red eléctrica pública. Esta legislación tiene por objetivo determinar las políticas y establecer las condiciones tanto jurídicas como contractuales para la generación de energía eléctrica de origen renovable por parte de los usuarios de la red de distribución. Así también establece que los excedentes de dicha energía producida para el autoconsumo puedan ser inyectados en la red del servicio público de distribución.

Así mismo, la ley 27424 determina que la inyección de energía responde a los objetivos de lograr la eficiencia energética, la reducción de costos para el sistema eléctrico en su conjunto, la reducción de pérdidas en el sistema de interconectado y la protección ambiental.

Según datos aportados por el Ministerio de Economía de la Nación, tras cinco años de su aprobación el Régimen de Energía Distribuida ha alcanzado los 42MW de potencia instalada y los usuarios productores ascienden a 1892, perteneciendo a 15 provincias. Del total de potencia instalada el 85% lo aportan cinco jurisdicciones en la siguiente proporción: el 39% corresponde a Córdoba, el 23% a Buenos Aires, el 10% a San Juan, el 7% a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el 5% a la provincia de Misiones.

Así mismo, en el primer semestre de 2024 se han alcanzado un total de 321 empresas distribuidoras de energía y cooperativas eléctricas que se han incorporado al régimen de fomento.

¿Cómo funciona el Régimen de Generación Distribuida?

En nuestro país, el modelo funciona así: el usuario genera energía en el mismo punto de consumo, a través de un generador de fuente renovable. Luego, gracias a un equipo de acople a la red, suma dicha energía a través de un medidor bidireccional que brinda energía para el autoconsumo e inyecta el excedente a la red pública de distribución.

Esta energía, se produce, generalmente, a través de sistemas dimensionados para autoconsumo (tanto para viviendas como Pymes e industrias) con eventual inyección de excedentes de energía a la red existente de distribución. Esto genera beneficios para el usuario en relación a lo económico ya que, además, existen fomentos para aquellos que decidan incorporarse al régimen.

El medidor bidireccional permite que los usuarios que adopten esta modalidad de generación tengan la capacidad para producir energía eléctrica permaneciendo, a su vez, conectados al suministro que les brinda la red eléctrica de distribución.
Por su parte, para el sistema eléctrico de distribución la producción local significa un alivio tanto para las redes de transporte como para las de distribución ya que se reducen las pérdidas relacionadas a la transmisión de energías en grandes distancias y se logra mejorar la eficiencia del sistema.

Para las empresas distribuidoras locales también tiene repercusiones positivas ya que se aumenta la vida útil de los transformadores de distribución al disminuir el consumo -e incluso inyectar excedentes- aliviando su carga.

Así, este régimen se configura como una de las alternativas posibles no sólo para lograr la eficiencia energética sino también para reducir el impacto ambiental que genera la producción de energía. 

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